Taller: Jóvenes Analizantes (ERINDA)
Integrantes: Gazagne Maricel/ Galli Josefina/ Ross
Vanesa.
Asesora: Giraldi Graciela
Título:
“Saltar la pared”
Corina es docente en una escuela secundaria del
Barrio “Las Flores sur” de Rosario. Es la encargada de un proyecto que basó,
según sus palabras, en un pedazo de canción de Charly Garcia, llamada “A punto
de caer”, que dice: y “Saltaste la pared cambiando”. Explica que su lugar
inaugural tiene que ver con su trabajo en la escuela al ver que un montón de
jóvenes saltaban la pared para escapar de la escuela, sintió la necesidad de
poner un nombre significativo, que tuviera que ver con esto de un posible
cambio. Por otro lado el proyecto en sí propone intervenciones en diferentes
espacios y soportes del barrio “Las Flores” a través de la pintura mural,
pintando diferentes elementos y objetos de la comunidad. En paralelo otro
proyecto artístico es un documental llamado “Saltaste la pared” creado por
estudiantes de Cine en la ciudad de Rosario que relata esta experiencia de
manera bellísima mediante sus propios protagonistas.
De alguna manera se aprecia que esta actividad
artística transformó el lazo con el otro, brindó elementos identitarios nuevos
y se manifestó como un refugio ante el malestar para esta comunidad de jóvenes.
También la docente en su acto de creación e invención del proyecto produce su
obra artística, tanto como los estudiantes de cine su documental.
“Explicar el
arte por el inconsciente es muy sospechoso… sin embargo explicar el arte por el
síntoma es más serio”[1] (con esta frase Lacan toma distancia al método
Freudiano) Ya que no explica el arte por el sentido, lo que supondría igualar
la obra a una formación del inconsciente.
Los murales pintados en el barrio pudieron surtir un
efecto en toda su comunidad, no solo en los artistas sino en los espectadores y
beneficiados de dichas obras. Enmarcaron de alguna manera al deseo e
involucraron a los vecinos. Los jóvenes saltaban la pared para escapar, y ahora
la saltan para crear. Efectos de creación en el recorrido de su juventud e
invención ante la falta y el vacío.
El arte plasmado aparece como soporte, como registro
de distintos elementos y objetos de la comunidad, ordenan y marcan una historia
en común promoviendo una cultura de pertenencia que brinda identidad en la
reconstrucción de lazos desde otro lugar. Esas producciones y creaciones escapan
a las leyes del mercado, de la oferta y la demanda y de las utilidades
económicas, como también son una evasión frente al consumo de sustancias y los
actos delictivos.
Indica J.A Miller que “Los objetos de sublimación pueden llegar al lugar del objeto perdido
como tal, es decir que pueden llegar al lugar de la Cosa”[2].
El modo de lazo y de satisfacción articulado al
objeto por la vía del acto y de las obras hacen posible un lazo social y una
satisfacción diferente a la satisfacción puramente fantasmática; este permite
hacer lazo sobre el fondo del vacío.
Miller[3]
plantea que respecto del artista, lo fundamental no es que produce sentido,
sino que ofrece algo de si mismo, que es material, pone su cuerpo. El pintor
pinta con el objeto a, abandona la mirada como objeto a, se desprende de ella.
La chifladura singular de cada uno es la respuesta que
se da a ese punto imposible de simbolizar, es la invención y la creación de un
sujeto que siempre será sintomática, porque no hay una solución natural. Hay
entonces una universalidad del síntoma. El trabajo analítico permitirá llevar
el síntoma a un punto tan extremo que se transforme en un efecto de creación,
de sublimación.
El significante crea el vacío, engendra la falta,
como la actividad del alfarero[4], crea
el vacío central al mismo tiempo que los bordes del jarrón. El proceso de
sublimación, al inaugurarse por esta falta y al trabajar con ella, busca
reproducir ese momento inaugural de articulación que lleva a la creación.
Algo del azar y la operatividad se pone en juego ante
lo inesperado. El arte muda los suspiros de la imposibilidad al respiro de lo
posible.
Podemos considerar que “saltar” es
un acto que va más allá de la significación fálica y del decir, como la
creación que va más allá del padre o se sirve del padre: el muro, la pared para
saltarla.
El Arte entra en un borde, porque se puede manejar
con la significación fálica o no. Así el inconsciente se muestra como un
encadenamiento entre Arte y Psicoanálisis.
En conclusión, “no se trata de aplicar el
psicoanálisis al arte sino de entender de qué modo el arte puede aclarar al
psicoanálisis”. [5]
[1] Lacan J. Conferencias de
las Universidades Norteamericanas” (1975).
[2] Miller J-A:. Los objetos a en la experiencia analítica. Roma 2006.
Publicación digital
[3] Miller, J-A: Los signos
del goce, pg 324 Bs As, Paidos, 1998.
[4] Lacan J: Seminario 7 – “La
ética del Psicoanálisis”
[5] Miller, J-A: Los signos del
goce, pg 320/321 Bs As, Paidos, 1998.