jueves, 18 de agosto de 2016

Ensayo

Lazos fugaces
Por. Lic. Gazagne Maricel (coordinadora del Taller: “Jóvenes Analizantes”)

Tal como rezan las letras de canciones de moda, la cual cantan, bailan y la viven  los adolescente: “prefiere algo casual y que no duela”…”los tragos hicieron estragos en su cabeza”… “Ya no quiere saben nada mas de amores, le han traído solamente decepciones”. Freud dice, en el Malestar en la Cultura (año 1929-1930), que el ser humano busca la Felicidad o al menos se consuela con evitar el sufrimiento por lo que echa mano a caminos alternativos para tal fin. Tomar o intoxicarse para no pensar ni angustiarse, aislarse para evitar el desencuentro amoroso, deportes o actividades extremas para sentirse vivo. Lazos condicionados por un discurso que empuja al consumo, a matar el deseo, a abolir la singularidad y producir en serie esteriotipos. La subjetividad de la época se manifiesta en nuestros jóvenes; todo se vende, todo se transforma en objetos de consumo, incluso los movimientos en contra del sistema capitalista son absorbidos por este y lo transforman en moda; y ahora se venden ropa con estilo hippie en cómoda cuotas con tarjetas de crédito.
El sistema nos impone mantenernos jóvenes y activos; a imagen y semejanza del Adolescente, quien en teoría está en la “Primavera de la Vida”.
Me pregunto ¿Dónde quedaron los vestidos de niña? Hoy los bebes y niños se visten como adolescentes y los adultos también. Nos encontramos en una época de decadencia del patriarcado; nos comanda  la lógica del mercado, y como dice una publicidad: “Lo imposible se consigue en cuotas”.
El adolescente con sus saberes tecnológicos, su inestabilidad subjetiva e incertidumbre, propias de la pubertad y la salida de la infancia hoy se torna en modelo propuesto como ideal a alcanzar. A partir de aquí es que nos encontramos con una adolescencia procastinada, eterna.
Hoy el lazo social se encuentra mediado por la virtualidad. ¿Hay un emoticón para cada estado del ser?. En lugar del espejo el púber, en medio de su metamorfosis, se retrata y pule detalles que no le agradan de su cuerpo, con las herramientas tecnológicas, en cada imagen que sube a la red; intentando tomar distancia de todo lo que pueda enfrentarlo a dos concepto que comienzan a ser para él mas presentes, como la muerte y sexualidad. Verse más bronceado, menos pecas, mayor altura, mas adulto, mas joven ¿ocultar o mostrar los caracteres sexuales secundarios en desarrollo?.
Aquí aparece el Síntoma, completamente singular burlándose de todos estos intentos de universalidad, a modo de oferta de salida; lo obliga a detenerse y pensar sobre quien es y lo que le pasa. Paradójicamente su sufrimiento lo despierta del sueño consumista y dependerá de cada caso cómo se las arregle con el.




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