jueves, 18 de agosto de 2016

Ensayo

En adolescencia, ¿un momento­ indefinido?
Por Ps. Martinez Cintia , matrícula 6830
Para interpelar, pensar la adolescencia hoy, hay que pensar en la época, ¿Y porque ­­? porque como bien decía Silvia Bleichmar, la subjetividad cambia por épocas, y hoy es la época de la que algunos autores llaman el ápice del sistema capitalista, ya que no se preocupa en vender productos (mercadería, objetos de usos, inmuebles, muebles, rodados, etc. ), ó en vender servicios (Tv. por cable, telefonía celular, seguros para la casa, servicio de sepelio, tarjetas de crédito, etc. ), sino que ahora, es el sujeto mismo el que  se convirtió en un objeto más y un producto, un objeto más de la cadena de consumo, y un producto del sistema posmoderno: el Sujeto goce, el sujeto disfrute, Sujeto feliz, , pero Sujetado en fin.
Hablar de un sujeto Goce, alude a que hay un intento de homogeneizar la subjetividad, una ilusión de completud, de bienestar, de que todo es posible gracias a cada producto que hay en el mercado y lo que no es posible de comprar porque no es un producto, se logra con distintos tratamientos físicos y psicológicos habría una gran oferta para cada necesidad y gusto. El mayor discurso implícito es que habría una necesidad de tener tal o cual cosa, y podría ser una de las causa del consumismo: lo necesito, me hace falta, la lógica será; ¿tener o no tener?­ ¿Qué nos hará falta?
Y en esta coyuntura es que podemos pensar al adolescente, ya que es el mejor objeto que se presenta en el mercado y al que se dirige el capitalismo, al joven, ya que el ser joven  no es solo un  slogan, sino que hay algunos discursos que implícitamente ponen de relieve lo jovial como un buen estado, la juventud se asocia con  ser divertido, sexi, sensual, con el sexo, lo lindo, la vida, lo activo,  mientras que ser adulto es visto como aburrido, exceso de responsabilidad, y  la vejez como lo que  hay descartar.
Este momento de la adolescencia es importante en tanto constitución subjetiva, un momento entre niñez y adultez donde el afrontamiento de ciertas cuestiones es sentido como vida o muerte. Freud ya nos hablo de estos momentos - Metamorfosis de la pubertad-; aparte de subrayar su conmoción de metamorfosis y de transformación del sujeto en relación a su sexualidad, también hace referencia a la cuestión de la muerte.
El joven adolescente, como un objeto del mercado, es el que mas dificultades tiene para procesar todo lo que le llega, éste se encuentra en búsqueda de ideales, de soluciones a sus problemáticas, no sabe que hacer con su cuerpo, y el mercado le va ofreciendo respuestas, y está en éste, como las interpreta y la forma de recibirlas las posibilidades de enfermar o entrar en situaciones conflictivas, adicciones, actos delictivos.
Hay cierta creencia que estar triste es mal visto, se asocia a la depresión, y al parecer el mercado capitalista tiene un sin fin de propuestas para las soluciones a sus síntomas, una pastillita para cada estado, algunos autores interpretan esto como taponar el síntoma, la hiancia subjetiva. Este imperativo que fuerza a ser felices a consumir a disfrutar, es a lo que hacia referencia del tipo de sujeto producido;  Sujeto goce, Sujeto disfrute, Sujetos Felices  estos significantes están al orden del día, se dispersan en distintos discursos; disfruta tus vacaciones, disfruta tu franco, disfruta tu dinero, disfruta tus hijos, disfruta tu tarde, disfruta tu tiempo, disfruta la vida, disfruta del momento, etc. discursos que impregnan cuerpos que de no poder disfrutar enferman. Así llegan adolescentes al consultorio con sentimientos de infelicidad, y depresión.
Hacíamos referencia a la época y hoy  las grandes instituciones perdieron credibilidad, la escuela ya no representa lo que era, el Estado-Nación se desmorona, hasta la mujer como institución ha cambiado, La Ley como autoridad  de lo estatuido aparece como sin funcionamiento, y la  autoridad como Estado-Nacion-Ley, parece estar perdiendo consistencia, la autoridad paterna en este contexto también esta en jaque, algunos denominan la época del fin de ideologías. Cientos de estos cambios son muy positivos y otros son sentidos como desmembramiento de dicha institución. Y algunos incluso hablan de sus épocas y las comparan con el ahora;  ¿Se habrá sentido un cambio?, al parecer paso un tsunami en los últimos años.
La perdida de significación social de estas instituciones tiene sus efectos,  el adolescente como nos expresa Giraldi, G  - El niño en la encrucijada - ¨ vive un estado conflictivo en relación con sus padres y otros representantes de la autoridad ¨. La categoría de padre es el centro de la cuestión, después del transito por el Edipo, debería sufrir transformaciones, una de ellas es ¨ realizar un transito de un padre al padre ¨, lo que Lacan denomina el Nombre-Del-Padre y que nos expresa Rodulfo, M Y Rodulfo, R en su libro - Clínica Psicoanalítica en niños y adolescentes- . Lo mencionado, se refiere a que el sujeto está atravesado y constituido por dos legalidades de diferente orden; legalidades, que por su modo de atravesar al sujeto, no resultan correlativas; es decir, por un lado tenemos la ley social, del orden jurídico, la estatuida socialmente, y por otro lado la ley simbólica propia de la constitución subjetiva, ambas, al impregnar y habitar en el sujeto, posibilitan la filiación del mismo a la sociedad.
Pero mas allá de lo que el discurso capitalista promueve hay algo esencial de la subjetividad y es que a pesar de ese intento de homogenización hay algo que es particular y único de cada sujeto y es el modo que cada uno vive o transita este momento, de modo singular.
La importancia de la crisis de estas instituciones, y lo q algunos autores llaman la caída de la época patriarcal produce no solo que los padres ya no tengan la connotación de padres sino que la decadencia de la autoridad en general hace que el adolescente vea a sus padres como tontos. Antes el saber  estaba depositado en los adultos, esos seres hablantes que eran los educadores, incluyendo a los padres, era necesario su mediación para acceder al saber,  esta demanda es liquidada en la maquina, el Google responde todo. El saber no esta mas en el otro. Ya no necesita estrategias para extraer ese saber. Google la sabiduría del mundo accesible a todos, a cualquiera, de una manera fácil, rápida y gratuita. Y aunque Google aparezca como todo saber, lo que no puede hacer es acompañar y alojar a ese sujeto, que necesita mucho mas que un click, pues lo que redirecciona a una pagina wep podrá leerlo, pero lejos está de comprender ciertas cosas que solo el  acompañamiento de un adulto podrá soportar en una demanda.  A veces,  los padres se sienten muy afectados por los cambios de sus niños que no son niños. Hay una línea muy delgada entre lo que es adolescente, lo que es la intimidad y la independencia que se le pueda dar al joven, confusiones que hacen que los padres asistan a una consulta, con la idea de que le digan que hacer, cierto desconcierto de los padres, que no saben como actuar frente a sus hijos que limites poner y hasta donde acompañan, ó permiten ciertas cosas.
La autoridad paterna no solo decae sino que es vista como injusta, la demanda familiar y escolar es vivida como un imperativo tiránico, una demanda de respeto;  proclaman ¨quiero ser respetado ¨. Padres que no saben que hacer con sus hijos porque ellos tampoco han resuelto su propia historia, y pasan de ser padres permisivos a una rigidez inexorable. Así  Miller en su texto - En dirección de la adolescencia -; nos plantea a la adolescencia misma como una procrastinación, como un aplazamiento a lo mas tarde posible ¿de ser adultos? ¿A hacerse responsables?. Por eso hablamos de momento,  porque hoy día es difícil pensar la adolescencia como una etapa.
En la adolescencia a pesar de ser este momento singular para cada sujeto hay algo de ella que se reproduce a modo o nivel colectivo, y es lo que sucede en el tipo de socialización sintomática que practican dichos jóvenes no es por identificación a ideales sino a modos de gozar; a saber; alcoholizarse, fumar, deportes de riesgos. Conflicto con el ideal entre lo que él es y lo que debe alcanzar, que se exige como imperativo para ser feliz. Ideales que desfilan en la televisón y los distintos lugares donde hace lazo social, hay un clima que predomina que es lo que en imágenes se muestra, imágenes de felicidad, publicidad desmedida, reality show, todo es superfluo y estetizante.
Una forma de dar fin a lo que llamamos procrastinación, en las palabras de Giraldi G., es que el adolescente pueda constituirse un ideal propio, hacer una elección de vida, orientarse en algo, tal vez distinto a lo que los padres esperaron de él.
La socialización sintomática a los modos de goce, pueden convertirse en fenómenos de masa, como fue el caso de la muerte de los cinco jóvenes en la fiesta Electrónica, suicidios en serie, grupos blogs de anorexia y bulimia, etc.
Se vislumbra cierta idea de que lo prohibido se puede transgredir, la marihuana esta próxima a legalizarse su consumo, preceptos  como estos, pueden confundir a los jóvenes que aún no hacen un uso responsable de ciertas sustancias. Nos encontramos con canciones que habilitan y promulgan discursos, entre algunas la más descriptiva;  ¨ muchas manzanas son las que hoy y mañana se cruzan y se van a cruzar. Y en algunas se encuentra lo que algunos llaman felicidad ¨ Me escucho y sigo, porque mucho de lo que está prohibido me hace vivir ¨ -Callejeros-  ¿Podrían ciertas legalidades tener un mensaje confuso para nuestros adolescentes?
Entendemos que
prohibición no es sinónimo de transgresión, sino que hay una diferencia radical entre ambos, ya que la prohibición remite a impedir un acto o uso y la transgresión implica la realización de ese acto impedido, en este caso impedido, podría ser utilizado como prohibido por la ley. Y aquí nos remitimos a las palabras de I. Greiser,  cuando expresa  (…) “en el caso por caso, puede verificarse la relación del sujeto a la ley: si se la acata, si se la desconoce o se la reconoce”.[1] Se refiere a la transgresión desde el discurso psicoanalítico y a partir de allí, menciona que la transgresión puede ser entendida como diferentes modos de convocar a la ley.
Es decir, que la transgresión funciona en este sentido como un llamado a la presencia de la ley. Nos referimos a la Ley simbólica, la cual junto con la Ley social, son las que constituyen al sujeto como tal; la autora expresa entonces que (…) “los sujetos que transgreden la ley lo hacen por una función fallida del padre y dicha transgresión es un llamado al mismo”.[2]
La transgresión así entendida deja traslucir que lo que convoca el adolescente no es más que la ley simbólica (El Otro), y si no lo hace con la boca, es decir con un llamado-grito,  lo hace con un acto, allí donde se puede hacer visible, al limite de la ilegalidad, al decir de algunos, allí en donde lo prohibido es reconocido y sancionado, y cuando no, castigado.

                       
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[1] Greiser, I. Delito y transgresión. Un abordaje psicoanalítico de la relación del sujeto con la ley- primera edición. Ediciones Grama; Bs. As., 2008; pág. 11.
[2] Greiser, I. Delito y transgresión. Un abordaje psicoanalítico de la relación del sujeto con la ley- primera edición. Ediciones Grama; Bs. As., 2008; pág. 37.

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