En adolescencia, ¿un momento indefinido?
Por Ps. Martinez Cintia
, matrícula 6830
Para interpelar,
pensar la adolescencia hoy, hay que pensar en la época, ¿Y porque ? porque
como bien decía Silvia Bleichmar, la
subjetividad cambia por épocas, y hoy es la época de la que algunos autores
llaman el ápice del sistema capitalista, ya que no se preocupa en vender
productos (mercadería, objetos de usos, inmuebles, muebles, rodados, etc. ), ó en
vender servicios (Tv. por cable, telefonía celular, seguros para la casa,
servicio de sepelio, tarjetas de crédito, etc. ), sino que ahora, es el sujeto
mismo el que se convirtió en un objeto
más y un producto, un objeto más de la cadena de consumo, y un producto del
sistema posmoderno: el Sujeto goce, el
sujeto disfrute, Sujeto feliz, , pero Sujetado en fin.
Hablar de un sujeto Goce, alude a que hay
un intento de homogeneizar la subjetividad, una ilusión de completud, de bienestar,
de que todo es posible gracias a cada producto que hay en el mercado y lo que
no es posible de comprar porque no es un producto, se logra con distintos
tratamientos físicos y psicológicos habría una gran oferta para cada necesidad
y gusto. El mayor discurso implícito es que habría una necesidad de tener tal o cual cosa, y podría ser una
de las causa del consumismo: lo necesito, me hace falta, la lógica será; ¿tener
o no tener? ¿Qué nos hará falta?
Y en esta coyuntura es que podemos pensar
al adolescente, ya que es el mejor objeto que se presenta en el mercado y al
que se dirige el capitalismo, al joven,
ya que el ser joven no es solo un slogan, sino que hay algunos discursos que implícitamente
ponen de relieve lo jovial como un buen estado, la juventud se asocia con ser divertido, sexi, sensual, con el sexo, lo
lindo, la vida, lo activo, mientras que
ser adulto es visto como aburrido, exceso de responsabilidad, y la vejez como lo que hay descartar.
Este momento de la adolescencia es
importante en tanto constitución subjetiva, un momento entre niñez y adultez
donde el afrontamiento de ciertas cuestiones es sentido como vida o muerte. Freud
ya nos hablo de estos momentos - Metamorfosis de la pubertad-; aparte de
subrayar su conmoción de metamorfosis y de transformación del sujeto en
relación a su sexualidad, también hace referencia a la cuestión de la muerte.
El joven adolescente, como un objeto del
mercado, es el que mas dificultades tiene para procesar todo lo que le llega,
éste se encuentra en búsqueda de ideales, de soluciones a sus problemáticas, no
sabe que hacer con su cuerpo, y el mercado le va ofreciendo respuestas, y está en
éste, como las interpreta y la forma de recibirlas las posibilidades de
enfermar o entrar en situaciones conflictivas, adicciones, actos delictivos.
Hay cierta creencia que estar triste es
mal visto, se asocia a la depresión, y al parecer el mercado capitalista tiene
un sin fin de propuestas para las soluciones a sus síntomas, una pastillita
para cada estado, algunos autores interpretan esto como taponar el síntoma, la
hiancia subjetiva. Este imperativo que fuerza a ser felices a consumir a
disfrutar, es a lo que hacia referencia del tipo de sujeto producido; Sujeto
goce, Sujeto disfrute, Sujetos Felices
estos significantes están al orden del día, se dispersan en distintos
discursos; disfruta tus vacaciones, disfruta
tu franco, disfruta tu dinero, disfruta tus hijos, disfruta tu tarde, disfruta
tu tiempo, disfruta la vida, disfruta del momento, etc. discursos que
impregnan cuerpos que de no poder disfrutar enferman. Así llegan adolescentes
al consultorio con sentimientos de infelicidad, y depresión.
Hacíamos referencia a la época y hoy las grandes instituciones perdieron
credibilidad, la escuela ya no representa lo que era, el Estado-Nación se
desmorona, hasta la mujer como institución ha cambiado, La Ley como autoridad de lo estatuido aparece como sin funcionamiento,
y la autoridad como Estado-Nacion-Ley,
parece estar perdiendo consistencia, la autoridad paterna en este contexto también
esta en jaque, algunos denominan la época del fin de ideologías. Cientos de
estos cambios son muy positivos y otros son sentidos como desmembramiento de
dicha institución. Y algunos incluso hablan de sus épocas y las comparan con el
ahora; ¿Se habrá sentido un cambio?, al
parecer paso un tsunami en los últimos años.
La perdida de significación social de
estas instituciones tiene sus efectos,
el adolescente como nos expresa Giraldi, G - El
niño en la encrucijada - ¨ vive un
estado conflictivo en relación con sus padres y otros representantes de la
autoridad ¨. La categoría de padre es el centro de la cuestión, después del
transito por el Edipo, debería sufrir transformaciones, una de ellas es ¨ realizar un transito de un padre al padre
¨, lo que Lacan denomina el Nombre-Del-Padre y que nos expresa Rodulfo, M Y
Rodulfo, R en su libro - Clínica Psicoanalítica en niños y adolescentes- . Lo mencionado, se refiere a que el
sujeto está atravesado y constituido por dos legalidades de diferente orden;
legalidades, que por su modo de atravesar al sujeto, no resultan correlativas;
es decir, por un lado tenemos la ley social, del orden jurídico, la estatuida
socialmente, y por otro lado la ley simbólica propia de la constitución
subjetiva, ambas, al impregnar y habitar en el sujeto, posibilitan la filiación
del mismo a la sociedad.
Pero mas allá de lo que el discurso
capitalista promueve hay algo esencial de la subjetividad y es que a pesar de
ese intento de homogenización hay algo que es particular y único de cada sujeto
y es el modo que cada uno vive o transita este momento, de modo singular.
La importancia de la crisis de estas instituciones,
y lo q algunos autores llaman la caída de la época patriarcal produce no solo
que los padres ya no tengan la connotación de padres sino que la decadencia de
la autoridad en general hace que el adolescente vea a sus padres como tontos.
Antes el saber estaba depositado en los
adultos, esos seres hablantes que eran los educadores, incluyendo a los padres,
era necesario su mediación para acceder al saber, esta demanda es liquidada en la maquina, el
Google responde todo. El saber no esta mas en el otro. Ya no necesita
estrategias para extraer ese saber. Google
la sabiduría del mundo accesible a todos, a cualquiera, de una manera fácil,
rápida y gratuita. Y aunque Google aparezca como todo saber, lo que no puede
hacer es acompañar y alojar a ese sujeto, que necesita mucho mas que un click,
pues lo que redirecciona a una pagina wep podrá leerlo, pero lejos está de
comprender ciertas cosas que solo el
acompañamiento de un adulto podrá soportar en una demanda. A veces,
los padres se sienten muy afectados por los cambios de sus niños que no
son niños. Hay una línea muy delgada entre lo que es adolescente, lo que es la
intimidad y la independencia que se le pueda dar al joven, confusiones que
hacen que los padres asistan a una consulta, con la idea de que le digan que
hacer, cierto desconcierto de los padres, que no saben como actuar frente a sus
hijos que limites poner y hasta donde acompañan, ó permiten ciertas cosas.
La autoridad paterna no solo decae sino
que es vista como injusta, la demanda familiar y escolar es vivida como un
imperativo tiránico, una demanda de respeto; proclaman ¨quiero
ser respetado ¨. Padres que no saben que hacer con sus hijos porque ellos
tampoco han resuelto su propia historia, y pasan de ser padres permisivos a una
rigidez inexorable. Así Miller en su
texto - En dirección de la adolescencia -; nos plantea a la adolescencia misma
como una procrastinación, como un aplazamiento a lo mas tarde posible ¿de ser
adultos? ¿A hacerse responsables?. Por eso hablamos de momento, porque hoy día es difícil pensar la
adolescencia como una etapa.
En la adolescencia a pesar de ser este momento singular para cada
sujeto hay algo de ella que se reproduce a modo o nivel colectivo, y es lo que
sucede en el tipo de socialización sintomática que practican dichos jóvenes no
es por identificación a ideales sino a modos de gozar; a saber; alcoholizarse,
fumar, deportes de riesgos. Conflicto con el ideal entre lo que él es y lo que
debe alcanzar, que se exige como imperativo para ser feliz. Ideales que
desfilan en la televisón y los distintos lugares donde hace lazo social, hay un
clima que predomina que es lo que en imágenes se muestra, imágenes de
felicidad, publicidad desmedida, reality show, todo es superfluo y estetizante.
Una forma de dar fin a lo que llamamos procrastinación,
en las palabras de Giraldi G., es que el adolescente pueda constituirse un
ideal propio, hacer una elección de vida, orientarse en algo, tal vez distinto
a lo que los padres esperaron de él.
La socialización sintomática a los modos
de goce, pueden convertirse en fenómenos de masa, como fue el caso de la muerte
de los cinco jóvenes en la fiesta Electrónica, suicidios en serie, grupos blogs
de anorexia y bulimia, etc.
Se vislumbra cierta idea de que lo
prohibido se puede transgredir, la marihuana esta próxima a legalizarse su
consumo, preceptos como estos, pueden
confundir a los jóvenes que aún no hacen un uso responsable de ciertas
sustancias. Nos encontramos con canciones que habilitan y promulgan discursos,
entre algunas la más descriptiva; ¨ muchas manzanas son las que hoy y mañana
se cruzan y se van a cruzar. Y en algunas se encuentra lo que algunos llaman
felicidad ¨ Me escucho y sigo, porque mucho de lo que está prohibido me hace
vivir ¨ -Callejeros- ¿Podrían
ciertas legalidades tener un mensaje confuso para nuestros adolescentes?
Entendemos que prohibición no es sinónimo de transgresión, sino que hay una diferencia radical entre ambos, ya que la prohibición remite a impedir un acto o uso y la transgresión implica la realización de ese acto impedido, en este caso impedido, podría ser utilizado como prohibido por la ley. Y aquí nos remitimos a las palabras de I. Greiser, cuando expresa (…) “en el caso por caso, puede verificarse la relación del sujeto a la ley: si se la acata, si se la desconoce o se la reconoce”.[1] Se refiere a la transgresión desde el discurso psicoanalítico y a partir de allí, menciona que la transgresión puede ser entendida como diferentes modos de convocar a la ley.
Entendemos que prohibición no es sinónimo de transgresión, sino que hay una diferencia radical entre ambos, ya que la prohibición remite a impedir un acto o uso y la transgresión implica la realización de ese acto impedido, en este caso impedido, podría ser utilizado como prohibido por la ley. Y aquí nos remitimos a las palabras de I. Greiser, cuando expresa (…) “en el caso por caso, puede verificarse la relación del sujeto a la ley: si se la acata, si se la desconoce o se la reconoce”.[1] Se refiere a la transgresión desde el discurso psicoanalítico y a partir de allí, menciona que la transgresión puede ser entendida como diferentes modos de convocar a la ley.
Es decir, que la
transgresión funciona en este sentido como un llamado a la presencia de la ley.
Nos referimos a la Ley
simbólica, la cual junto con la
Ley social, son las que constituyen al sujeto como tal; la
autora expresa entonces que (…) “los
sujetos que transgreden la ley lo hacen por una función fallida del padre y dicha
transgresión es un llamado al mismo”.[2]
La transgresión así
entendida deja traslucir que lo que convoca el adolescente no es más que la ley
simbólica (El Otro), y si no lo hace
con la boca, es decir con un llamado-grito,
lo hace con un acto, allí donde se puede hacer visible, al limite de la
ilegalidad, al decir de algunos, allí en donde lo prohibido es reconocido y
sancionado, y cuando no, castigado.
- Hacer CLIC en el video -
[1] Greiser, I. Delito y transgresión. Un abordaje
psicoanalítico de la relación del sujeto con la ley- primera edición.
Ediciones Grama; Bs. As., 2008; pág. 11.
[2] Greiser, I. Delito y transgresión. Un
abordaje psicoanalítico de la relación del sujeto con la ley- primera
edición. Ediciones Grama; Bs. As., 2008; pág. 37.
No hay comentarios:
Publicar un comentario